Anidar Colombia

Intolerancia a la frustracion

Intolerancia a la frustración

La frustración es un sentimiento cotidiano y normal cuando las cosas no salen como esperamos o queremos que salgan. Todos hemos sentido frustración en algún momento. El problema está cuando nuestras reacciones a esto que nos frustra nos genera excesivo malestar y nos aleja de conseguir aquello que queremos. Aquí explicamos qué es la intolerancia a la frustración y te damos algunas estrategias para combatirla.

Intolerancia a la frustración

¿Qué es la intolerancia a la frustración?

Las personas con baja tolerancia a la frustración, tienen una sensibilidad excesiva hacia todo aquello que les resulta desagradable: No toleran la incomodidad, los contratiempos, las trabas o problemas. No soportan la demora en la satisfacción de sus deseos, ni ningún sentimiento o circunstancia que pueda resultarles desagradable. Estas personas, suelen presentar estados de estrés, enfado, ansiedad, tristeza, resentimiento. Normalmente, tienden a victimizarse y a culpar a otros de lo que les pasa.

Es frecuente que los adultos que sufren intolerancia a la frustración se rindan antes de conseguir sus metas. Los niños tienden a tener baja tolerancia a la frustración, pero esto es debido a su propia inmadurez cognitiva. Por ello es importante enseñarles desde  pequeños a aceptar la frustración, a perseverar y a no darse por vencidos, a que no siempre van a tener aquello que quieren.

La tolerancia a la frustración hace referencia a cómo nos enfrentamos y manejamos la frustración, pero cuando la no consecución de nuestras metas no nos deja ver más allá, nos obsesiona, nos enfada y hace que desistamos de nuestro objetivo, es cuando tenemos problemas. 

La baja tolerancia a la frustración puede, incluso, llevarnos a evitar emprender tareas o proyectos, simplemente por la posibilidad de no conseguir llevarlas a cabo como a nosotros idealmente nos gustaría.

Rasgos de las personas con poca tolerancia a la frustración

Las personas con intolerancia a la frustración tienen ciertas creencias irracionales. Son pensamientos que surgen de forma automática, que nos hacen sentir mal y suelen ser drásticos y dramáticos (“no puedo soportar esto”,”esto es intolerable”, “debería…”, “siempre”, “nunca”). Por ejemplo, creen que si no consiguen lo que se proponen o las cosas no van como se supone que deben ir, las consecuencias serán horribles.

Albert Ellis fue el primero en hablar de las creencias irracionales e incluirlas en su terapia Racional Emotiva como ámbito de intervención. Según él las personas tenemos ideas irracionales acerca de nosotros mismos, los demás y el mundo:

  • “Debo hacer las cosas bien y merecer la aprobación de los demás por mis actuaciones”
  • “Los demás deben actuar de forma agradable, considerada y justa”
  • “La vida debe ofrecerme unas condiciones buenas y fáciles para que pueda conseguir lo que quiero sin mucho esfuerzo y comodidad”

En la vida no podemos evitar las dificultades y las frustraciones, por mucho que lo intentemos. Es parte de la vida. Por ello debemos aprender a manejar estas emociones, para transformarlas en algo constructivo y que no nos amarguen la vida.

Ejemplos de tolerancia a la frustración

Una persona con una alta tolerancia a la frustración no se va a desanimar a la primera dificultad que se encuentre, va a persistir, va a probar diferentes estrategias para resolver el problema, hasta que lo consiga, mientras que una persona con intolerancia a la frustración, es probable que desista en el primer intento.

Por ejemplo, si te has propuesto aprender a tocar el piano, no te va a salir a la primera. Te va a costar aprenderte las canciones, las notas… Al principio no serás capaz de tocar piezas complejas. Pero una persona con alta tolerancia a la frustración, va a seguir practicando, a pesar de las dificultades y el esfuerzo. Se van a frustrar, por supuesto, se van a sentir desanimadas. Pero no van a dejar que esos sentimientos negativos les alejen de lo que quieren conseguir.

Estrategias para aumentar la tolerancia a la frustración

1. Cambia tu actitud hacia la no consecución de tus metas

La gran mayoría de las veces, las cosas no son tan catastróficas como podemos pensar. Y somos bastante capaces de lidiar con lo que se nos pone en el camino. Además podemos aprender de las frustraciones, nos enseñan que eso que hemos hecho no funciona. Busca otras estrategias, otros caminos.

Reflexiona si realmente sería tan horrible que las cosas no salieran como lo planeado, o no consiguieras lo que te has propuesto. Pregúntate qué es lo más horrible que podría suceder. O si realmente, esa situación es tan intolerable. También, prueba a calificar del 1 al 10 cuan terrible es la situación, siendo 10 lo peor que puedas imaginarte. ¿Es tan terrible como un accidente de coche o ser despedido? Esto te puede ayudar a darte cuenta de que esperar 10 minutos a ser atendido no es algo tan terrible.

2. Cambia tu actitud hacia la frustración

La frustración es una emoción normal, que nos indica que no vamos por donde nos gustaría. La frustración es incómoda, pero es tolerable.

No huyas del sentimiento de frustración, pero tampoco te recrees en el. Acéptalo y déjalo pasar. Céntrate en otra cosa. Prueba buscar 5 estrategias diferentes para conseguir aquello que quieres, con sus ventajas e inconventientes. Ten en cuenta que la solución ideal no existe.

3. Identifica tus creencias irracionales

Las creencias irracionales son pensamientos que aparecen sin que nosotros queramos, que nos hacen sentir mal, tristes y enfadados. Además, no tienen base racional. Como hemos dicho, estas creencias irracionales suelen encontrarse en la base de la intolerancia a la frustración.

Cada vez que te encuentres molesto o frustrado, atiende a tus pensamientos. ¿Qué clase de pensamientos y afirmaciones surgen? Apúntalas en un papel. Identifica tus: debería, siempre, nunca, no puedo, no soporto, es intolerable… Anota también cómo te hacen sentir esos pensamientos y cuestiona su utilidad.

4. Practica la frustración

Las personas con intolerancia a la frustración suelen evitar las situaciones en las que creen que van a frustrarse. Cuanto más se evitan las situaciones que teme, más nos cuesta luego enfrentarnos a ellas, además de que le damos más importancia de la que tienen.

La mejor estrategia para dejar de temerle a la frustración es enfrentarse con esas situaciones frustrantes. Exponte a ellas. Haz una lista de situaciones que suelen frustrarte. Comprométete a exponerte al menos a una de ellas a la semana. Comienza con las más fáciles y ve aumentando su dificultad. En esas situaciones prueba a realizar algunas de las estrategias que aquí te proponemos.

5. Toma medidas

Una vez que hemos identificado aquellas cosas que suelen frustrarnos, el siguiente paso es tomar medidas para adaptar esas situaciones y que nos resulten menos frustrantes en la medida de lo posible.

Si te resulta frustrante, por ejemplo, esperar a la gente impuntual, o esperar en colas, o perder el tiempo en el transporte público, piensa en algo que puedas hacer durante ese tiempo para que no sea una pérdida de tiempo. Prueba a leer, escuchar la radio… Piensa en cómo puedes modificar esa situación para reducir su frustrabilidad.

6. El retroceso no es fracaso

Hay veces, en las que en el camino para llegar a nuestro objetivo, se producen retrocesos, recaídas. Las personas con intolerancia a la frustración creen que en un proceso todo tiene que salir bien y cada vez mejor. Por ello es importante que se den cuenta de que esto forma parte de un proceso normal. La vida se compone de altibajos. Los momentos bajos nos hacen apreciar mejor los momentos de éxito y felicidad. Pero, en absoluto, un momento de retroceso significa que hayas fracasado.

Permítete fallar, retroceder. A veces es necesario retroceder para coger carrera. En los momentos de retroceso, mantén la calma y huye de los pensamientos negativos (“soy un inútil”, “nunca lo voy a conseguir”). Practica la paciencia y la constancia.

7. Diferencia los deseos de las necesidades

Todos tenemos preferencias y deseos. Nos gustaría que todos nos trataran como queremos, que las cosas salgan de una determinada manera. Pero no dejan de ser deseos. No son necesidades primarias. Las necesidades son algo sin lo que no podemos vivir, como alimentos, sueño, relaciones sociales…

¿Como mejorar la tolerancia a la frustración?: Haz una lista con tus deseos y otra con tus necesidades. Luego analiza bien cada elemento de las listas: ¿Es esto realmente una necesidad? ¿Qué ocurriría si no obtuviera esto? ¿Sería tan grave?

8. Analiza la situación

Muchas veces nos  frustramos porque no sabemos cómo ha podido salir mal o no sabemos qué hacer.

Cuando no hayas obtenido los resultados esperados en alguna situación analiza lo que has hecho. Identifica lo que has hecho bien y lo que has podido hacer mal. Piensa en posibles alternativas al comportamiento menos adecuado e intenta incluir las cosas positivas de la conducta inadaptada. Poco a poco llegarás a la mejor alternativa de acción.

Fuente: January 7, 2018 – ANDREA GARCÍA CERDÁN

Recuerda te podemos ayudar, contáctanos 3112610542 o soporte@anidar-colombia.com.co

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *